Gran parte de los pacientes que atendemos en consulta de neuropsicología pediátrica son cuadros que presentan dificultades relacionadas con el aprendizaje escolar. Las dificultades más comunes son:
-Atención.
-Inquietud motora.
-Impulsividad.
-Lentitud en la ejecución de las tareas.
-«Comprensión lectora» [no se define así exactamente].
-Lecto-escritura.
-Resolución de problemas [matemáticas].
-Automatización de operaciones [matemáticas].
En la mayoría de casos estamos ante una cuestión de «sobreesfuerzo» cognitivo y no ante una falta de capacidad o alteración de la «inteligencia». Son niños/as que tienen la capacidad para conseguir los objetivos curriculares establecidos, simplemente que en algunos aspectos, se necesitarán estrategias y pautas específicas [desde neuropsicología y/o pedagogía]. Es decir, si para realizar una tarea de cinco minutos empleamos 20 minutos, estamos siendo efectivos [conseguimos el objetivo que es la realización de la tarea] pero no estamos siendo eficientes [la relación ejecución/tiempo no es la adecuada]. Es por ello, que el primer punto, no es un cuadro patológico en sí. Pero en cualquiera de los dos puntos, tenemos como base de esas dificultades, lo «cognitivo».
Siempre recomendamos que aquellos niños/as que presenten alguna dificultad en el aprendizaje que curse con la posibilidad de alteración cognitiva, deben de ser valorados previamente por parte de neuropsicología. Posteriormente se derivará o se elaborará el plan de intervención apropiado, si es que este es necesario.
En algunas ocasiones nos encontramos casos en los estas dificultades en el aprendizaje pertenecen a algún trastorno del neurodesarrollo [Síndrome de Gerstmman del Desarrollo, Trastorno DAMP de Gillberg, TANV, Tempo Cognitivo Lento, etc.], por lo que el protocolo, al margen de que pueda ser valorado por el equipo de orientación escolar correspondiente, es que también sea valorado desde el área neurocognitiva.
José Mª Valderrama
Neuropsicológo Pediátrico
Nº Col. AN08272